Toledo
30 de Marzo de 2013.
La visita a Toledo comienza en el Media Markt de un centro comercial cercano para poder comprar una cámara de fotos ya que la que teníamos acabó sus días a las puertas del Castillo de Belmonte el día anterior.
Una vez realizado este trámite nos acercamos finalmente a la ciudad manchega.
Yo ya había estado pero en el viaje de estudios del colegio en 8º EGB y la verdad que no me acordaba de nada.
Encontramos a su entrada un gran parking gratuito enfrente de la estación de autobuses y decidimos aparcar allí para no meternos en el centro. Buena idea porque el centro es imposible en coche.
A través de la Puerta Nueva de Bisagra , nos dirigimos hacia Plaza de Zocodover donde se encuentra una oficina de turismo y obtenemos el plano de la ciudad.
Desde luego hay muchas cosas que ver. Es una ciudad preciosa, con una carácter multicultural (cristiano, musulmán, judía...)
Buscamos el Alcázar , impotente en su vista desde la circunvalación pero se encuentra cerrado al público, sólo hay un pequeño pase para un museo del ejército o algo así pero no nos interesa demasiado.
Tras este pequeño revés empezamos a callejear (callejear es la palabra que mejor resume la ciudad) y nos damos cuenta de la cantidad de gente que hay. Muchos turistas, demasiado para vivir en la ciudad.
La ciudad dispone de muchos sitios a los que se puede acceder pagando. Nosotros decidimos comprar la pulsera roja que consiste en pagar 8 euros para poder entrar en 6 recintos a 2,5 euros cada uno.
Empezamos por la sinagoga de Santa María la Blanca, para posteriormente ir al Monasterio de San Juan de los Reyes.
Después nos dirigimos hacia la Catedral de Santa María, pero la entrada cuesta 8 euros y nos apetece pagar tanto.
Nos vamos a la Iglesia de San Ildefonso donde el pase nos permite acceder hacia las torres desde las que se puede contemplar una preciosas vista aérea de la ciudad.
Queríamos dejar para después de comer los otros 3 pases, pero no encontrábamos un sitio adecuado y aprovechamos para visitar la Iglesia de Santo Tomé donde se encuentra el cuadro del Greco "El Entierro del Conde Orgaz" al que no se le puede hacer fotos.
Al lado se encuentra la Sinagoga del Tránsito, que contiene el museo sefardí y que nos aburrió bastante.
Mas interesante fue el Museo de El Greco. Casa-museo pensada como recreación del domicilio del artista, que se perdió siglos atrás. Alberga diversas pinturas relevantes pero no fue la real del pintor.
Para terminar el pase de 6 visitamos la Mezquita de las Tornerías sobre cimientos de origen romano y con la peculiaridad de estar construida en dos pisos.
Acabamos comiendo unas sabrosas patatadas asadas en la calle principal Santo Tome y decidimos salir de la ciudad por su puerta Norte viendo las magníficas vistas del Puente de San Martín y la Puerta del Cambrón.
Resumiendo una preciosas ciudad digna de la historia medieval que vivimos. Se encuentra en buen estado y desde luego merece la pena.
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